Cuando leí el argumento, me pareció genial así que corrí a buscarlo, y vaya fue mi decepción a mitad de libro. Resulta que me ha gustado sólo un poco, pero no porque esté todo mal, aclaro que yo no soy escritora ni experta literaria. Sólo me gusta leer y decir lo que opino.
Me resultaba fabuloso el argumento sobre unos bomberos que en vez de apagar fuegos, queman libros y casas, porque en la ciudad están prohibidos ya que leer implica tristeza y pensamientos que no deben tener las personas (me suena a 1984). Honestamente, Orwel y Margaret Atwood detallaron perfectamente una sociedad distópica pero que parece real, con sus personajes muy bien definidos.
En este libro sentí que los personajes no estaban bien desarrollados, me hubiera gustado que se detallaran más, que describiera lo que sentían o pensaban.
Otro aspecto que no me agradó, fue que todo ocurría demasiado rápido y la trama no te lograba transmitir esos sentimientos que se tienen la leer distopía o ficción (de suspenso, de tristeza, esperanza, coraje).
Siento que pudo haber sido un libro muy bueno, pero el autor no lo aprovechó.