En Un mundo destrozado Alexander Romanovich Luria describe a detalle por qué una lesión que ocurrió en cuestión de segundos cambió por completo el mundo de Zasetski, un estudiante de universidad que luchó en la guerra. Cabe resaltar el asombroso resumen que Luria va realizando mientras leemos el diario del hombre que escribió durante su proceso de rehabilitación y adaptación a un nuevo mundo, el mundo de la lesión cerebral.
El libro es perfecto para cualquier persona puesto que no se requiere tener un amplio conocimiento de neuropsicología para entender lo que se menciona. Luria se encarga de eso cuando describe los detalles de las estructuras cerebrales y los daños que fueron causados.
En general me pareció un buen libro, no sólo por la trama y el argumento que tiene. Existen ya diversos libros sobre enfermedades y muerte. La tragedia siempre es una buena herramienta para atraer a público que pueda empatizar. Aunque esa no es la razón por la que a mí me gustó.
No es que no pueda entender los sentimientos del personaje (claro que lo hice), sólo que en lo que a mí concierne, lo que el libro realmente quiere enfatizar es lo complejo que es el cerebro humano, lo asombroso que puede llegar a ser y todo lo que envuelve el simple hecho de que yo esté escribiendo esto y tú estés leyéndolo.
Todo lo que Zasetski tuvo que volver a aprender después de la lesión me hizo comprender que no es fácil hacer todas las actividades que realizamos sin pensar que para ello se necesita tanto y que en el cerebro estás sucediendo bastantes procesos, complejos en su mayoría y cómo es que una lesión pueda determinar que todo lo que sabes hacer se borre completamente o en el peor de los casos, dejando al organismo sin la misma capacidad de entender lo que está haciendo.
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